Te mando, don Manolo, las fotos de la otra cara del finde. Mientras tu te perdías por las frías caras nortes de Montejaque, nosotros nos perdíamos por entre los pinchitos, lomitos, choricitos y cervecitas a pie de vía.
Hacia años que no olia el calor ahumado de las brasas en las escuelas de escalada. Olores de antaño, de cuando uno se calentaba por la noche a pie de hoguera y frente a las vías, y cuando despertar suponía calentar los calcetines frente al rescoldo y sobre las piedras calientes, antes de enfundartelos para ir a coger el agua del primer café del día con los amigos.
Y después llegaría un día de sensaciones infinitas en la sierra.
Ahí estabamos todos, disfutando de dos dias de lujo en tu pueblo...
Hacia años que no olia el calor ahumado de las brasas en las escuelas de escalada. Olores de antaño, de cuando uno se calentaba por la noche a pie de hoguera y frente a las vías, y cuando despertar suponía calentar los calcetines frente al rescoldo y sobre las piedras calientes, antes de enfundartelos para ir a coger el agua del primer café del día con los amigos.
Y después llegaría un día de sensaciones infinitas en la sierra.
Ahí estabamos todos, disfutando de dos dias de lujo en tu pueblo...